¿Qué se puede hacer con un espacio televisivo ausente de los domingos desde que a nadie se le ocurre un reality show sin cantantes? ¿Con un Presidente de la República al que la estabilidad y fortaleza de la economía mexicana se le quedó en el discurso de hace un año? ¿Con una serie de actores políticos descontentos, desde los muy ricos hasta los más pobres?
Pues tenemos dos respuestas:
a) Un chiste
o bien
b)Convertir a Felipe Calderón en la viva imagen de Cristina Saralegui, en un programa en el que ninguno de los invitados pueda hacer las preguntas que realmente le interesa hacer
Finalmente lo que le sobra a Presidencia es dinero.
Lo curioso es que el tema central, como siempre, fue el de su guerra contra el narco, que ocupó cerca de 40 por ciento de los 60 minutos que duró el programa.
En materia de empleo, como siempre secundario, el Primer Mandatario presumió su programa de empleo temporal y otros que le han permitido rescatar alrededor de 60 mil empleos (digo, por qué me quejo si sólo se han perdido un millón 500 mil empleos formales).
Las únicas soluciones que Calderón dio a los desempleados fue que:
a) convirtiéramos nuestra casa en una guardería (pero cuidado, luego se incendian)
b) que convirtiéramos nuestra casa en un tallercito (para que el SAT se sirva de lo lindo en la próxima aplicación del ISR y el nuevo impuesto a las ventas).
c) regresar a la escuela porque el Gobierno federal paga estancias de uno o dos meses en alguna empresa únicamente a los recién graduados
Elige la que quieras.
Lo peor es que Calderón hizo sus pronósticos económicos para cuándo termine su período:
5 por ciento anual en crecimiento del PIB
DUDA: Si ya falló lo del empleo, lo de la guerra al narco y lo de la transparencia electoral que tanto pregona
¿Cuánto le restamos a su expectativa del crecimiento del empleo y de la riqueza de nuestro país?
